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miércoles, 24 de diciembre de 2014

¿PODRÍA SER EL AÑO 2015 (5775 JUDÍO) EL INICIO DEL APOCALIPSIS ATÓMICO?

¿O tal vez el año del inicio formal de la Tercera Guerra Mundial?

FUENTE JUDÍA, PERO NO POR ELLO DEJA DE SER MUY INTERESANTE ESTE ANÁLISIS.

No olvidemos que ellos esperan al Mesías, pero el Mesías ya vino y no le reconocieron, pero volverá otra vez y esta vez si lo reconocerán como su Dios, su Señor y su Mesías; aunque antes vendrá el hombre de pecado, el inicuo, aquel que los engañara y les hará creer que él es el "Mesías", pero finalmente reconocerán la majestad de nuestro señor Jesucristo, cuando crean que es el fin para ellos, cuando no vean salvación para sus almas, entonces Jesucristo retornara y le verán y reconocerán que el es el Rey, el Rey de los judíos, el hijo de David, el Rey de todo el mundo.

Esperando al Mashíaj. ¿ Que tiene de especial este año 5775 ?.





La cuestión de cuándo vendrá el Mashiaj ha acompañado al pueblo judío a lo largo de su historia, especialmente en tiempos de exilio, guerra y antisemitismo. ¿Hay algún cálculo que podemos hacer para ayudarnos a descubrir cuando todo esto llegará a un final feliz y llegará finalmente Mashíaj? En la Torá misma encontramos ya consejos al esquivo dato de la fecha de la redención final. Los sabios relatan que antes de su muerte, Iaacov vio proféticamente la fecha de la redención final y quería revelarlo a sus hijos, diciendo: "Reúnanse a mi alrededor y les diré lo que va a pasar al final de los día", sin embargo, tan pronto como dijo eso se le ocultó el final y no fue capaz de revelarlo. De todos los personajes bíblicos, Daniel es el que más se destaca por

su deseo de conocer "el final secreto", pero la respuesta que recibe es en forma de un enigma críptico y dice: "Estas cosas están cerradas y selladas hasta el tiempo del final de los días". Los sabios incluso advirtieron contra el intento de calcular la fecha de la redención con la fuerte afirmación: "¡Los que calculan 'los finales' deben respirar su último aliento!".

Sin embargo, muchos grandes sabios a lo largo de la historia judía se han ocupado de esta "peligrosa" ocupación. Un ejemplo de un sabio que se oponía a tales cálculos es Maimónides, quien explica en sus escritos por qué no es necesario calcular la fecha de la redención final, e incluso podría ser perjudicial hacerlo, porque fomenta falsos mesías y puede resultar en una triste decepción. No obstante, en esos mismos tratados Maimónides ofrece su propio cálculo de la fecha de la redención final, como si no pudiera evitarlo...

Desde la perspectiva opuesta, saber cuándo llegará la redención puede ser alentador y fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza de tiempos mejores, y nos puede motivar a hacer un esfuerzo proactivo para ayudar a que suceda con mayor rapidez. Muchas de estas predicciones de la fecha de la redención final ya fueron y pasaron, y hemos llegado al año 5775 desde la creación del mundo y Mashiaj aún no ha llegado. Pero, si hacemos las cosas bien, este año puede ser muy auspicioso, incluso puede ser el año de la redención final!.

En términos generales, hay una serie de escritos cabalísticos y jasídicos que afirman que hay versos en Éxodo que aluden a la fecha de la redención final. Sin embargo, para nosotros es destacable de forma especial la tradición que (más de dos siglos atrás) Rebe Shneor Zalman de Liadi dijo que este versículo alude a este año, 5775. El versículo dice: “Y de los mil setecientos cinco y setenta [siclos], hizo los capiteles de las columnas, y cubrió sus partes superior de arriba y las bases". ¿Cómo se relaciona este versículo con la fecha de la redención final?. La forma en que se descifra esta alusión la siguiente: el número que aparece en el verso, 1775, se refiere al milenio que siguió a la destrucción del Segundo Templo (que tuvo lugar en el cuarto milenio, en el año 3828). El Zohar dice claramente que este milenio –los años 4000 a 5000- son mil años en los que el pueblo judío está "en el polvo". Agregando 775 años a este cálculo, se llega a este año, 775 años del sexto milenio, 5775. Desde nuestra posición en este momento en el tiempo, se pone de manifiesto con carácter retroactivo cómo el orden irregular de los números en el verso se alinea perfectamente con nuestra historia: primero viene "los mil", el primer milenio de exilio (4000-5000); luego "setecientos," otros siete siglos hasta el año 5700 (1939-1940) en el que comenzó la terrible holocausto; "y cinco" aludiendo a los cinco años del holocausto (5700-5705), que fue un momento en que Dios ocultó su providencia para el pueblo judío; "setenta", estas son las siete décadas desde el Holocausto hasta nuestros días (5775), que con la ayuda de Dios debe ser el año de la redención. Todo lo que queda por decir es "¡Amén! Que sea la voluntad de Dios".

En verdad podemos decir que no es nuestra costumbre ocuparnos del cálculo de las posibles fechas de la redención, porque se nos ordena "Se sincero con Havaiá, tu Dios", como enseña Rashi, "ir con Él con sinceridad y ante Él y no investigar el futuro". Sin embargo, como se nos presenta una alusión tan clara, podemos sin duda ocuparnos de ella para descubrir lo que significa para nosotros, y lo que podemos aprender de ella. Para hacerlo, tenemos que mirar el contexto original del versículo antes mencionado. En los versículos que preceden a este versículo, Moisés da su versión de lo que hizo con las contribuciones que fueron donadas para la construcción del Tabernáculo. Cada uno de los judíos dio una moneda que pesa la mitad de un siclo (shekel, una medida bíblica de peso), y toda la plata que se recogió fue utilizada en la construcción del Tabernáculo. Los medio siclos de las 600.000 personas sumaban cien talentos (cada talento pesaba 3.000 shekels) de los que se moldearon las bases de plata de los pilares del Tabernáculo. Pero el censo exacto del Pueblo Judío era 603.550, por lo que quedaron otros 3.550 medio shekels, es decir, 1.775 siclos, con los que Moisés hizo los ganchos de plata en la parte superior de los pilares y recubrió la parte superior de las columnas y sus molduras, como se menciona en el verso. ¿Cuál es el significado interior de esto?

El número 600000 simboliza la totalidad del pueblo judío y por lo tanto se hizo hincapié en el Éxodo, en la entrega de la Torá, y en la entrada en la Tierra Santa, que tuvo lugar mientras éste era el total del censo. Desde una perspectiva cabalística, este número refleja las raíces del alma del pueblo judío a lo largo de la historia, y aunque hoy en día hay millones de judíos en todo el mundo, gracias a Dios, y puede haber más aun, sin embargo, el número básico sigue siendo 600.000 almas raíces, que se dividen en ramas y sub-ramas. Las almas judías tienen una estrecha relación con la Torá, como dice el Zohar, "Israel está conectado a la Torá y la Torá está conectada a Dios." Así como hay 600.000 almas judías, también "hay 600.000 letras en la Torá" (יֵשׁ שִׁשִׁים רִיבּוֹא אוֹתִיוֹת לַתוֹרָה ), un hecho que en sí alude su la relación con el pueblo judío, ya que las letras iniciales de esa frase hebrea deletrean el nombre "Israel" (יִשְׂרָאֵל ). Así, cada judío tiene su propia letra en la Torá (y de aquí es donde Rabi Menajem Mendel Schneerson, el Rebe de Lubavitch, sacó la inspiración para la maravillosa idea de escribir un rollo de Torá para todo el pueblo judío, en el que cada judío puede comprar su propia letra.)

Pero, ¿qué pasa con el resto? Esas 3.550 almas restantes a las que no solemos prestar mucha atención? Hay un increíble Midrash que relata que cuando Moisés relató cómo uso las donaciones, cuando llegó a ese resto no podía recordar cómo había hecho con él! Moisés estaba tan preocupado que los escépticos pensarían que había profanado sus donaciones sinceras utilizando la plata para su propio uso, Dios no lo quiera, que milagrosamente recordó cómo los había utilizado. Moisés dio la Torá al pueblo de Israel y, como tal, vio en la Torá la letra asociada a cada alma judía, pero ¿por qué estos judíos desaparecieron de su mente? Rabi Moshe Sofer (un gran maestro de la ley judía autor del Jatam Sofer,) dice que esos 3.550 almas "excedentes" no tienen una letra correspondiente en el rollo de la Torá!.

¿Esto puede querer decir que hay algunos judíos que no tienen conexión con la Torá y están tan distanciados de ella que no tienen esperanza, Dios no lo quiera? Aunque superficialmente parecería ser así, viendo aquellas almas más cuidadosamente descubrimos que aunque incluso Moisés no podía recordarlos ellos estaban conectados a la Torá. Efectivamente, Dios mismo le recordó a Moisés cuál había sido aquella contribución al Tabernáculo correspondientes a esas almas. Esto significa que estas almas especiales tienen una conexión directa con Dios que no pasa por la conexión con la Torá y de repente puede ser revelada en ellos cuando Dios mismo les da un recordatorio personal de su raíz espiritual Divina. ¡Cuando conectamos esta idea con el hecho de que el verso que alude a estas almas también alude a la fecha de la redención final, queda claro que el secreto de la redención se oculta en esas mismas almas judías!.

Es cierto que nuestra relación regular con Dios fluye a través de la Torá y los preceptos, y alguien que no guarda la Torá se separa de esta línea de vida verdadera con Dios. Sin embargo hay otra relación innata, oculta, que se manifiesta en la conexión directa entre estas almas judías y Dios. Este canal único de comunicación funciona incluso cuando se pasa por alto la relación oficial a través de la Torá (esto se debe a que la raíz superior y más innata de las almas judías es más elevada que la raíz de la Torá). Esta es la relación que se revela en personas judías que de repente "se vuelcan" al judaísmo en alguna etapa posterior de su vida para convertirse en ba'alei teshuvá completos (retornantes a Dios y Su Torá). Sus almas se "reavivaron", por así decirlo, desde el punto de su conexión más profunda con Dios. Una vez que la conexión se ha restablecido, la persona puede comenzar a cultivar su relación con Dios a través de la Torá (una relación que está prohibido abandonar!).

El poder de estos ba'alei teshuvá es la que nos estimulará e inspirará a todos y nos transformará en ba'alei teshuvá a escala pública y: "La Torá ya nos ha prometido que el pueblo judío eventualmente hará teshuvá al final de su exilio y de inmediato será redimido".

Esto significa que este año 5775 es una excelente oportunidad para traer la redención. El hecho de que exista un cálculo de la fecha final de la redención para este año, nos debe estimular para hacer que cada acto que realicemos cuente. En la práctica, es nuestra tarea tomar una postura proactiva, haciendo todo lo posible para alcanzar y "encender" al mayor número de judíos que podamos para que regresen a su alma raíz y, por otra parte, tenemos que lograr la teshuvá no sólo a un nivel personal sino también a nivel público, de manera que permita al pueblo judío llevar a cabo una vida judía en su propia tierra. Este es el tipo de teshuvá que acercará la llegada de la redención.

Entonces ¿cuándo vendrá Mashiaj? Los cálculos aluden a este año, con la ayuda de Dios. Sin embargo, el propio Mashíaj ya ha contestado el enigma más precisamente, "Hoy mismo, si escuchan a Su palabra".

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